INTRODUCCIÓN:
Lo más normal es que todos creamos que somos lo que pensamos, de manera que nuestra felicidad depende en buena medida, de nuestros pensamientos ante lo que estamos viviendo e interpretando. En muchos casos esto nos genera sufrimiento, miedos, ansiedad y estrés. Tenemos que darnos cuenta de que la mente vive entre el pasado y el futuro, y muy pocas ocasiones en el presente.
Vivimos en un mundo con continuas interrupciones, distracciones constantes, cargados de información y comunicación, y esto nos agota física y mentalmente. Nuestro cuerpo y cerebro no está preparado para tanto cambio rápido y brusco, y podemos llegar fácilmente a caer en el colapso.
Nos olvidamos del contacto con la naturaleza, de cuáles son nuestros sueños, de estrechar lazos más fuertes con la familia, con nuestros hijos, con los amigos… de escuchar nuestro cuerpo, de disfrutar del silencio unos instantes, de notar como el aire entra en nuestros pulmones y nos llena de vida…
Y entonces nos preguntamos…
¿Qué está pasando?
¿Este es el ritmo que quiero llevar en mi vida?
¿Necesito este estrés continuo para vivir?
¿Es lo que quiero en mi trabajo?
¿Quiero que mi familia viva de esta manera?
¿Quiero que mis hijos vivan el mismo caos?
Para poder aprender a serenarnos, a aceptar las situaciones sin resistencia y a estar presentes con lucidez en las diversas actividades de la vida diaria, necesitamos algo que nos provea de herramientas que nos faciliten armonía, y el equilibrio mental y físico que todos necesitamos. Una de esas herramientas es el MINDFULNESS.
¿POR QUÉ EL MINDFULNESS EN LA EDUCACIÓN?
En el medio educativo, el Mindfulness ayuda a alumnos y profesores a percibir sus experiencias internas de una manera más reflexiva, y por tanto, a responder de manera más amable a uno mismo y a los demás, favoreciendo el apoyo, la comunicación y el trabajo entre profesores y alumnos.
Según los estudios de S. L. Shapiro, Brown, & Astin, en el 2008, el Mindfulness en el entorno académico ha demostrado su efectividad en:
- El desarrollo cognitivo y académico.
- La gestión del estrés en el entorno educativo.
- Y el desarrollo personal tanto en profesores como alumnos.
¿QUÉ PUEDEN APRENDER LOS NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES CON ESTAS TÉCNICAS?
Vistos los beneficios que hemos adquirido en nosotros mismos con estas prácticas, deseamos que nuestros hijos y alumnos tengan la posibilidad de aprender y utilizar estas mismas herramientas cuanto antes, para desarrollarse con consciencia y con atención al momento presente.
De tal manera que podemos pasar a que los niños aprendan técnicas de respiración consciente, de atención al momento presente y a los sentidos, que aprendan a identificar y separar sensaciones físicas de emociones, de sentimientos y de pensamientos; abriendo así puertas al autoconocimiento, autoconciencia y al desarrollo de todo el potencial que llevan en su interior, de una manera consciente y atenta. Mediante estas técnicas pueden aprender:
- A utilizar la respiración consciente cada vez que necesiten estar más presentes.
- A ser y a estar, y a disfrutar del aquí y el ahora.
- A mantener una presencia consciente la mayor parte del día.
- A no dejarse arrastrar por la emociones extremas que puedan aparecer en el entorno escolar o familiar.
- A relacionarse de una forma consciente con sus pares, familiares y profesores.
- A reconocer y controlar el estrés.
- A auto-conocerse y gestionar sus sensaciones, emociones y pensamientos.
- A conocer y disfrutar del silencio.
- A escuchar y responder en vez de reaccionar.
- A no vivir en piloto automático más de lo debido…
BENEFICIOS PARA ELLOS EN CLASE, EN CASA Y EN LA CALLE
Con todas las técnicas que se ponen a su alcance, adaptadas éstas a su edad y entorno, pueden llegar a alcanzar con la práctica, los siguientes beneficios:
- Autovaloración y aceptación de uno mismo, de cómo es y de cómo se siente.
- Conocimiento y autocontrol de emociones y sentimientos.
- Dejar de enjuiciar lo que son o hacen los demás.
- Aumento de la empatía hacia los demás.
- Reducción del estrés escolar y familiar.
- Ayuda a mantener la atención plena en las actividades diarias tanto escolares, como familiares o de recreo.
- Potencia la memoria.
- Aumenta la concentración y el desarrollo de la creatividad.
- Dejar ir, soltar, no engancharse a personas o situaciones que no son beneficiosas.
- Adaptarse a las situaciones tal y como son.
Con todo este tipo de aprendizajes y prácticas, se ha comprobado que en los centros educativos se rebajan los niveles de fracaso escolar, de acoso, agresividad y sexismo. Siendo un punto de partida importante en la evolución consciente de la persona y el grupo.